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Economía ecológica

Las perspectivas de la economía pluralista

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Este texto presenta una perspectiva de la Economía Pluralista. En la sección de orientación se puede aprender y comparar diez perspectivas diferentes de la Economía Pluralista.
Autor: Bartosz Bartkowski | 18 de diciembre de 2016

1. Agosto de 2017 (de la página web)
Patrocinio y revisión académica: Prof. Dr. Irene Ring

1. Elementos centrales

La idea central de la economía ecológica es que la actividad económica humana está acotada por límites absolutos. Sin embargo, estos límites no son completamente fijos, ya que están codeterminados por: (1) «límites planetarios» (fijos) (Rockström et al. 2009) y (2) factores sociales (dinámicos), como valores, instituciones, etc. La economía se concibe como un subsistema integrado en los sistemas más amplios de la sociedad y la biosfera. El énfasis de la relevancia de las leyes de la termodinámica para la economía es el núcleo de esta concepción, y también es vital para los fundamentos históricos de la economía ecológica. Esto se ilustra en la obra pionera de Nicholas Georgescu-Roegen, La ley de la entropía y el proceso económico (1971). Así, la economía ecológica, en oposición a la economía neoclásica, se centra no solo en cuestiones de eficiencia y distribución, sino que lo hace en el contexto de la escala del rendimiento material (véanse Términos, análisis, concepción de la economía). Además, se hace hincapié en los siguientes temas: instituciones, relaciones de poder, incertidumbre e ignorancia. En este contexto, se analizan las interacciones entre la economía, la sociedad y el medioambiente, teniendo siempre en cuenta el objetivo de una transición hacia la sostenibilidad.

Si bien los límites absolutos del rendimiento material son la idea central que subyace a la economía ecológica, existen otras «creencias fundamentales» más o menos acordadas (Røpke 2005) en las que los diferentes representantes ponen un énfasis diferente. Estos son:

  • los problemas ambientales como el desafío crítico al que se enfrentan las sociedades modernas
  • un fuerte enfoque en la sostenibilidad
  • pluralismo de métodos, valores, etc.
  • una comprensión posnormal de la ciencia y la transdisciplinariedad
  • una perspectiva de sistemas, holismo
  • un enfoque en temas distributivos (tanto intra como intergeneracionales)
  • el reconocimiento del valor intrínseco de la naturaleza

2. Términos, análisis, concepción de la economía

La economía ecológica concibe la economía como un sistema abierto integrado en los sistemas más grandes de la sociedad y la biosfera. Las actividades económicas están limitadas por la capacidad de carga de la biosfera, es decir, su capacidad para mantener el rendimiento material, también llamado metabolismo social, que es la suma de los recursos naturales utilizados en los procesos humanos de producción y necesarios para sostener las actividades humanas. La mayoría de los economistas ecológicos suscriben la perspectiva de una sostenibilidad fuerte, es decir, asumen que el capital natural es sustituible de forma muy limitada por otras formas de capital. Las reservas insustituibles y esenciales de capital natural se denominan capital natural crítico (CNC). Su existencia conduce a afirmar que el crecimiento de las economías humanas se enfrenta a límites inherentes.

Generalmente, en la economía ecológica se asume que nuestro conocimiento acerca de los sistemas sociales y naturales (o, considerados conjuntamente, los sistemas socioecológicos) es inherentemente limitado, de modo que nos enfrentamos a la incertidumbre o incluso a la ignorancia acerca de los procesos e interacciones relevantes. Esto conduce a enfatizar conceptos tales como la resiliencia (la capacidad de los sistemas para permanecer en un estado dado frente a las alteraciones) y el principio de precaución o estándares mínimos seguros (ambos conceptos enfatizan la necesidad de minimizar el riesgo de acciones potencialmente desastrosas).

Muy a menudo, la naturaleza no humana se define como capital natural, una reserva de la cual la sociedad deriva flujos de servicios ambientales. Sin embargo, se ha debatido la naturaleza instrumental, antropocéntrica y esencialmente reduccionista de esta concepción en la literatura sobre economía ecológica. Los economistas ecológicos también enfatizan la relevancia de los servicios de los ecosistemas culturales, como la estética, la recreación y los usos “no materiales” similares de los ecosistemas; estos a menudo están subrepresentados por otras perspectivas económicas (Chan et al. 2012).

El enfoque analítico de la economía ecológica es holístico y pluralista. Primero, adopta una perspectiva de sistemas, observando los procesos ecológicos y económicos desde la perspectiva de los sistemas y no tanto desde la perspectiva de los individuos. Estos sistemas son tanto ecosistemas naturales como la sociedad y sus instituciones. En segundo lugar, adopta el pluralismo de métodos, enfoques y valores, aunque se discute el alcance del pluralismo admisible o razonable (ver más abajo). Con respecto a los valores, la inconmensurabilidad (que los valores relevantes no pueden reducirse a una medida común) es un desafío muy debatido, cuyas preguntas principales son cuál es la extensión de la incommensurabilidad y cómo lidiar con ella.

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3. Ontología

El elemento básico de la ontología de la economía ecológica es el punto de vista de que los recursos naturales y la capacidad de absorción de los sumideros son absolutamente limitados. A nivel planetario, se adopta la perspectiva de un sistema cerrado. En relación con esto, la mayoría de los economistas ecológicos suscriben la perspectiva de una sostenibilidad fuerte, es decir, dudan de que el capital creado por el hombre pueda sustituir al capital natural de manera significativa. Esto es lo que Herman Daly ha manifestado con respecto a la diferencia entre la economía neoclásica y la economía ecológica en relación a su enfoque preanalítico: mientras que la economía convencional concibe el proceso económico como un flujo circular cerrado (representado en muchos libros de texto introductorios), la economía ecológica concibe la economía como integrada en la biosfera, derivando recursos naturales de ella y emitiendo diversos tipos de contaminación hacia ella.

La economía ecológica tiene una visión más amplia de la naturaleza humana que el homo economicus de la economía neoclásica; por ejemplo, la primera incluye en sus análisis conocimientos de la ciencia del comportamiento y la psicología cognitiva y social. En el área de la valoración económica de los bienes ambientales, esto lleva a cuestionar el supuesto de que los seres humanos tienen preferencias predefinidas incluso sobre problemas ambientales complejos; más bien, las preferencias tiene que formarse dentro de procesos sociales deliberativos (“economía ecológica deliberativa”).

La economía ecológica tiene una concepción holística del mundo, que además enfatiza las dinámicas sociales y ecológicas. Los colectivos y sistemas no son simplemente la suma de sus partes, sino entidades complejas con sus propias características y propiedades conductuales. Si bien el análisis estático no está completamente ausente en la economía ecológica, el enfoque se centra más bien en la dinámica y el cambio.

4. Epistemología

La economía ecológica se basa en una comprensión posnormal de la ciencia. Esto significa que su interés principal no reside simplemente en comprender el mundo que nos rodea (“la verdad”), sino abordar los problemas específicos a los que se enfrenta la sociedad, en particular los problemas relacionados con la sostenibilidad (soluciones). A continuación se enumeran premisas clave de la epistemología de la economía ecológica:

  • Las relaciones entre los sistemas socioeconómicos y ecológicos son complejas y hay mucha incertidumbre involucrada.
  • Nos enfrentamos a la incertidumbre o incluso a la ignorancia en lo referente a los procesos e interacciones relevantes en ambos sistemas, por lo que se emplean enfoques empíricos y relacionados con el contexto.
  • La incertidumbre, la miopía y otras externalidades reducen en gran medida la utilidad informativa de los precios del mercado.
  • Los valores son controvertidos, pluralistas y potencialmente inconmensurables, lo que requiere la participación activa de la ciencia con las partes interesadas, es decir, transdisciplinariedad.

Al ser intrínsecamente interdisciplinaria, fuertemente influenciada por la biología, la ciencia del clima, la física y otras ciencias naturales, la economía ecológica está fuertemente orientada a la comprobación empírica de teorías e hipótesis, basada en una comprensión de la ciencia moderadamente falsacionista.

5. Metodología

Dado que la economía ecológica es explícitamente interdisciplinaria en su enfoque general, se basa en un conjunto amplio y diverso de métodos. Estos van desde métodos más “convencionales” compartidos con la economía neoclásica ambiental y de recursos, como el análisis de costes-beneficios (ACB, por sus siglas en inglés), la valoración económica, la contabilidad económico-ambiental, el análisis de insumo-producto, el análisis econométrico, hasta métodos más “heterodoxos” como el análisis de criterios múltiples (MCA), valoración monetaria deliberativa (DMV), evaluación del ciclo de vida (LCA), métodos cualitativos, economía de la felicidad y evaluación ambiental integrada. La elección de los métodos depende del contexto y de la cuestión de la investigación en particular. Los métodos mixtos también son bastante comunes, ya que se reconoce ampliamente que los métodos particulares (por ejemplo, la valoración económica) solo pueden proporcionar información fragmentaria que tiene que complementarse con información de otras fuentes (por ejemplo, investigación cualitativa).

Un área particularmente potente y polémica es la valoración económica de los bienes ambientales. Aquí, los economistas ecológicos utilizan métodos comunes en la economía ambiental neoclásica, pero también los llevan más allá. Ejemplos de ello son el caso de la DMV, que abandona el supuesto de las preferencias predefinidas y en parte trasciende tanto el individualismo metodológico como el debate relacionado sobre el significado de los valores sociales de los servicios de ecosistemas (Kenter et al. 2015).

6. Ideología y objetivos políticos

La economía ecológica tiene un objetivo normativo claro: lograr la sostenibilidad. Por sostenibilidad se entienden componentes tanto ambientales como sociales. Sobre todo, se entiende en términos de justicia intra e intergeneracional: (1) el medioambiente debe preservarse para no socavar la capacidad de que las generaciones futuras puedan disfrutar de una buena vida; (2) dentro de la generación actual, se debe abordar la injusticia. En consecuencia, la economía ecológica cuestiona la idea neoclásica de la soberanía del consumidor en la medida en que dirige demandas normativas a los individuos.

Dentro de la economía ecológica, la cuestión de si una economía sostenible (a veces llamada economía de estado estacionario) es compatible con las estructuras capitalistas modernas es un debate importante. En este marco, hay discusiones en curso en torno a conceptos tales como decrecimiento, economía de estado estacionario, postcrecimiento, postextractivismo, buen vivir, etc.; también se están llevando a cabo e investigando estrategias para una sociedad sin crecimiento, que incluyen reducciones de horas de trabajo, sistemas monetarios alternativos, estrategias de suficiencia y autosuficiencia y procesos económicos circulares.

7. Debates y análisis actuales

Un debate recurrente dentro de la economía ecológica discute su proximidad metodológica y conceptual a la economía neoclásica ambiental y de recursos. Mientras que algunos participantes del debate abogan por una ruptura radical con todos los elementos neoclásicos, otros defienden un enfoque más pragmático que comprenda el uso de métodos neoclásicos donde sea razonable y el de otros métodos y enfoques en otras partes. Las contribuciones recientes a este debate han discutido los fundamentos filosóficos de la economía ecológica, incluida su postura con respecto al constructivismo (Spash 2013). Sin embargo, un elemento importante ausente o poco claro en la teoría económica ecológica es una teoría de la acción humana (Vatn 2016). Otra línea activa en la actualidad dentro de la literatura económica ecológica es el desarrollo de una macroeconomía ecológica, a menudo en cooperación e intercambio con economistas poskeynesianos (Rezai y Stagl 2016).

Como se mencionó anteriormente, la valoración económica es un tema muy debatido. Se presta especial atención a las preguntas de si debería serlo o no; bajo qué circunstancias la valoración económica podría ser útil, dónde están sus limites, y si se deben utilizar métodos de evaluación neoclásicos y, si es así, cuándo (Kallis et al. 2013; Gsottbauer et al. 2015; Lo y Spash 2013). Algunos economistas ecológicos consideran que la estimación de los precios aproximados de los bienes ambientales es importante y útil a la hora de aportar información a los procesos de toma de decisiones, mientras que otros expresan su preocupación por el riesgo de la mercantilización de la naturaleza (por ejemplo, Gómez-Baggethun y Ruiz Pérez, 2011).

En un ensayo que mira al futuro en su Handbook of Ecological Economics, Martínez-Alier y Muradian (2015) identificaron las siguientes “preocupaciones actuales” y los focos futuros para la economía ecológica:

  • los servicios de los ecosistemas, la biodiversidad y la gobernanza de los ecosistemas, y los instrumentos relacionados en las combinaciones de políticas (Ring y Barton 2015), incluidos los instrumentos como pagos por servicios ambientales (PSA, por sus siglas en inglés),
  • interacciones entre la creciente demanda de energía y el cambio climático (transición hacia un sistema de generación de energía más sostenible),
  • conflictos socioambientales (ver, por ejemplo, Berbés-Blázquez et al. 2016) y gestión (colectiva) de recursos comunes,
  • metabolismo social y decrecimiento, desarrollo de indicadores de sostenibilidad que reflejen el bienestar de la sociedad mejor que el PIB,
  • economía experimental y conductual (por ejemplo, intentos de desarrollar una teoría de la acción humana, como ha defendido Vatn 2016).

8. Delimitación: escuelas secundarias, otras teorías económicas y otras disciplinas

Al ser una escuela explícitamente orientada a la interdisciplinariedad, la economía ecológica tiene colaboraciones más o menos activas con numerosas disciplinas, escuelas y movimientos. Muchos miembros de la escuela tienen antecedentes no económicos, lo que facilita el intercambio entre diferentes disciplinas. Con respecto al crecimiento, existe una fuerte relación con el movimiento del decrecimiento (la literatura relacionada con el decrecimiento se publica en la revista Ecological Economics). En general, la ecología política, la ecología urbana, la ecología industrial, la economía feminista, la historia ambiental/económica y la economía institucional heterodoxa habitualmente se solapan con la economía ecológica y hay un intercambio cruzado fecundo entre estas escuelas. También existen vínculos estrechos con la investigación de la resiliencia, mientras que el enfoque del metabolismo social tiene una base en la sociología.

Hay algunas diferencias entre las sociedades regionales. Por ejemplo, la United States Society for Ecological Economics (USSEE) tiene un enfoque más pronunciado en el pensamiento sistémico y las interacciones entre la sociedad y los ecosistemas, mientras que la European Society for Ecological Economics (ESEE) hace hincapié en los aspectos sociales e institucionales de los sistemas socioecológicos.

Una subescuela emergente reciente es la macroeconomía ecológica, que se está desarrollando en un diálogo activo con los economistas poskeynesianos. Otra área de intercambio activo con otras escuelas es la teoría DMV, donde existen muchas conexiones con las teorías de la democracia deliberativa, debido a que la idea es enriquecer la valoración económica mediante elementos deliberativos y hacerla más “democrática”.

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9. Delimitación con respecto de la corriente dominante

La frontera entre la economía ecológica y la economía neoclásica ambiental y de recursos es fluida y muy debatida. Muchos economistas ecológicos son activos en ambas áreas y publican tanto en revistas heterodoxas como en revistas convencionales. La economía ecológica “principal” está representada por la Sociedad Internacional para la Economía Ecológica (ISEE, por sus siglas en inglés) y sus sociedades miembros regionales (por ejemplo, USSEE y ESEE).

En general, la economía ecológica difiere de la economía ambiental y de recursos convencional debido a su enfoque en la justicia intra e intergeneracional, la premisa de una fuerte sostenibilidad y una concepción más holística de los sistemas socioecológicos. Además, su concepción de los seres humanos es más flexible y pragmática que el homo economicus, además de que el énfasis en las instituciones es más fuerte. La economía ecológica reconoce explícitamente su trasfondo normativo y enfatiza la pluralidad de valores que representan las personas, al tiempo que trasciende el utilitarismo de preferencias estrecho de la economía neoclásica. Su investigación está claramente orientada a los problemas y la relevancia de las políticas es un criterio importante. Si bien la economía neoclásica ambiental y de los recursos se basa en el supuesto de una sostenibilidad débil, la mayoría de los economistas ecológicos se adhiere a la idea de una sostenibilidad fuerte (Daly, 1997a, b).

10. Instituciones

Pioneros:

Sigfried von Ciriacy-Wantrup

H.T. Odum

K. William Kapp

Nicholas Georgescu-Roegen

Herman Daly

Kenneth Boulding

Revistas:

Ecological Economics

Environmental Policy & Governance

Environmental Values

Organizaciones:

Internacional: ISEE y organizaciones regionales: ASEE (África), ASAUSEE (Argentina, Uruguay), ANZSEE (Australia, Nueva Zelanda), ECOECO BRASIL (Brasil), CANSEE (Canadá), ESEE (Europa), INSEE (India), SMEE (Centroamérica), RSEE (Rusia), USSEE (EE. UU.)

Alemania: Vereinigung für Ökologische Ökonomie (vöö)

Otros: CASSE (Center for the Advancement of the Steady State Economy), Institute for Ecological Economics (Vienna University of Economics and Business), Gund Institute for Ecological Economics de la Universidad de Vermot, Beijer Institute of Ecological Economics en Estocolmo

Referencias    

Berbés-Blázquez, M., González, J.A., Pascual, U., 2016. Towards an ecosystem services approach that addresses social power relations. Current Opinion in Environmental Sustainability, Sustainability science 19, 134–143.

Chan, K.M.A., Satterfield, T., Goldstein, J., 2012. Rethinking ecosystem services to better address and navigate cultural values. Ecol. Econ. 74, 8–18.

Daly, H.E., 1997a. Reply to Solow/Stiglitz. Ecological Economics 22, 271–273.

Daly, H.E., 1997b. Georgescu-Roegen versus Solow/Stiglitz. Ecological Economics 22, 261–266.

Georgescu-Roegen, N., 1971. The Entropy Law and the Economic Process. Harvard University Press, Cambridge, MA.

Gómez-Baggethun, E., Ruiz Pérez, M., 2011. Economic valuation and the commodification of ecosystem services. Prog. Phys. Geogr. 35, 613–628.

Gsottbauer, E., Logar, I., van den Bergh, J., 2015. Towards a fair, constructive and consistent criticism of all valuation languages: Comment on Kallis et al. (2013). Ecol. Econ. 112, 164–169.

Kallis, G., Gómez-Baggethun, E., Zografos, C., 2013. To value or not to value? That is not the question. Ecol. Econ. 94, 97–105.

Kenter, J.O., O’Brien, L., Hockley, N., Ravenscroft, N., Fazey, I., Irvine, K.N., Reed, M.S., Christie, M., Brady, E., Bryce, R., Church, A., Cooper, N., Davies, A., Evely, A., Everard, M., Fish, R., Fisher, J.A., Jobstvogt, N., Molloy, C., Orchard-Webb, J., Ranger, S., Ryan, M., Watson, V., Williams, S., 2015. What are shared and social values of ecosystems? Ecol. Econ. 111, 86–99.

Lo, A.Y., Spash, C.L., 2013. Deliberative Monetary Valuation: In search of a democratic and value plural approach to environmental policy. Journal of Economic Surveys 27, 768–789.

Martínez-Alier, J., Muradian, R., 2015. Looking forward: current concerns and the future of Ecological Economics, in: Martínez-Alier, J., Muradian, R. (Eds.). Handbook of ecological economics. Edward Elgar, Cheltenham, UK, 473–482.

Rezai, A., Stagl, S., 2016. Ecological macroeconomics: Introduction and review. Ecol. Econ. 121, 181–185.

Ring, I., Barton, D.N., 2015. Economic instruments in policy mixes for biodiversity conservation and ecosystem governance, in: Martínez-Alier, J., Muradian, R. (Eds.), Handbook of Ecological Economics. Edward Elgar, Cheltenham, UK, 413–449.

Rockström, J., Steffen, W., Noone, K., Persson, Å., Chapin, F.S., Lambin, E.F., Lenton, T.M., Scheffer, M., Folke, C., Schellnhuber, H.J., Nykvist, B., de Wit, C.A., Hughes, T., van der Leeuw, S., Rodhe, H., Sörlin, S., Snyder, P.K., Costanza, R., Svedin, U., Falkenmark, M., Karlberg, L., Corell, R.W., Fabry, V.J., Hansen, J., Walker, B., Liverman, D., Richardson, K., Crutzen, P., Foley, J.A., 2009. A safe operating space for humanity. Nature 461, 472–475.

Røpke, I., 2005. Trends in the development of ecological economics from the late 1980s to the early 2000s. Ecol. Econ. 55, 262–290.

Spash, C.L., 2013. The shallow or the deep ecological economics movement? Ecol. Econ. 93, 351–362.

Vatn, A., 2016. What ecological economics needs to advance. In: ESEE (Ed.). 1996–2016 Anniversary Bulletin: Reflections on two decades of Ecological Economics in Europe.

 

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Organizaciones y enlaces

Literatura

Ecological economics: the science and management of sustainability
Costanza, Robert
Año de publicación: 1992
Columbia University Press

Routledge Handbook of Ecological Economics: Nature and Society
Spash, Cliv (Ed.)
Año de publicación: 2017
Routledge

Handbook of Ecological Economics
Martínez-Alier, Joan; Muradian, Roldan (Eds.)
Año de publicación: 2015
Edward Elgar

Ecological Economic: an Introduction
Common, Michael; Stagl, Sigrid
Año de publicación: 2009
Cambridge

Ecological Economic: Principles and Applications
Daly, Herman; Farley, Joshua
Año de publicación: 2004
Island Press

L'économie écologique
Douai, Ali et Plumecocq, Gaël
Año de publicación: 2017
La Découverte

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